Gñeeeck! - Un gañido restalla sobre nuestras cabezas. ¡Gñeck, gñeck! Levantamos la vista y dos centellas multicolores surgen de entre la espesura.[...]
A veces me ocurre caminando largas distancias. En determinado momento entro en un estado en el que las piernas continúan su movimiento mecánicamente y[...]
Un siseo entre las rocas nos hace detenernos en seco: ¡Poskok! Nos han advertido de esta víbora tantas veces que ha sido la primera[...]
Lo vemos al final de la tarde, sobre la cresta de un cerro: pelo erizado y ojos fijos en la distancia, alerta. El resto[...]
Ayer, como cada noche antes de irme a dormir, he puesto a remojo unos puñados de copos de avena, semillas y frutos secos. El[...]
Lo huelo antes de verlo. A veces es el aroma ferruginoso de la sangre fresca derramada sobre el asfalto y otras, es la densa[...]
Invierno en el Atlántico Norte, la bandera negra ondea en la cubierta de un barco sobre la que hoy se desarrolla una actividad frenética[...]
Han pasado trece semanas desde el último descanso, desde el último reabastecimiento. Luego vino Europa. La pugna por cruzar el continente ha dejado sus[...]
El sonido de un motor aproximándose nos saca de la duermevela. Adormilado palpo alrededor de la esterilla en busca del frontal y al encenderlo[...]
Un puñado de alforjas cuelgan a ambos lados de las bicicletas. La mayor parte del espacio está ocupado por utilería de acampada y ropa,[...]
No en vano se venía anunciando la llegada del otoño. Ocurrió tras una noche especialmente fría en la que las cimas de los picos[...]
Principios de Agosto en la Cordillera Cantábrica, llevamos semanas bajo un sol inclemente. Comenzamos a caminar al amanecer y ascendemos y descendemos hasta que[...]
El amanecer ha surgido tras el atardecer, así sin más, ni luna ni estrellas, sin oscuridad que medie. Recostado en la orilla del río veo[...]
Perdí la cuenta siete días después, al llegar a Bulgaria. Hasta entonces nos habíamos apeado del coche de veinticinco desconocidos a lo largo de[...]
La travesía se prolongó durante un mes. Treinta días de fronteras, de mares, de desiertos… hasta que al fin llegamos.En lontananza, la selva infinita[...]
El quinto día amanece fresco, todavía no sopla el viento y la superficie del río se extiende tan lisa que los árboles y las[...]
Una mujer, quizá todavía una niña, sale de su casa con un cubo sobre la cabeza. Desde donde estoy sentado en la arena puedo[...]
A media tarde una manada de lobos ha comenzado a aullar muy cerca del campamento. Quizás demasiado cerca, a juzgar por la expresión de[...]
Nuestros ojos se pierden para encontrarnos y nos descubren allá por donde los senderos terminan.Donde el paisaje se tuesta bajo el sol estival, y[...]
Al ubicuo canto de la oropéndola y el abejaruco recorremos la costa mediterránea hacia el norte.Sobre nuestras cabezas vuelan las primeras, refulgiendo con el[...]
El barco avanza ronroneando, mecido de manera casi imperceptible por la olas que se aproximan al casco llegadas desde la negrura. No hay luna[...]
Y los pedales empezaron a girar. Y la brisa a soplar. Y luego pasaron los primeros kilómetros y los segundos y los terceros. Entonces[...]
Mis pasos se mecanizaron a partir del segundo o tercer día. Olvidados el cansancio y el propio peso de la mochila, me limito a[...]
A mi izquierda, el río Senegal serpentea en forma de frontera entre Mauritania, donde ahora me encuentro, y Senegal. Lo sigo a pié cada[...]
Bajé de la cabina de aquel camión de congelados por última vez tras seis días de carretera, con el cuerpo y la cabeza dolorosamente[...]